Se le llama edulcorante a cualquier sustancia,
natural o artificial, que edulcora,[1]
es decir, que sirve para dotar de sabor dulce a un alimento o producto
que de otra forma tiene sabor amargo o desagradable.[2]
Dentro de los edulcorantes encontramos los de alto valor calórico, como
el azúcar
o la miel
por mencionar algunos, y los de bajo valor calórico, que se emplean como
sustitutos del azúcar. En ambos tipos encontramos edulcorantes
naturales y artificiales. Pero la mayoría de los edulcorantes bajos en
calorías son de origen artificial.
TIPOS:
1. Los naturales.
Disponemos de dos tipos, los monosacáridos y los disacáridos. Entre los
primeros mencionaremos a la glucosa, la fructosa y la galactosa. Y en
los segundos, la sacarosa, la lactosa y la maltosa.
2. Los derivados de productos naturales.
Son edulcorantes extraídos de diversos alimentos. Los extraídos de los
almidones serían la glucosa, la isoglucosa y el jarabe de glucosa. De la
sacarosa se puede extraer un edulcorante denominado azúcar inverso.
Después tenemos otro grupo menos homogéneo de azucares, alcoholes y
polioles, que albergarían al sorbitol, manitol, xilitol, isomalto,
maltitol, lactitol, y el jarabe de glucosa hidrogenado.
3. Los sintéticos. El aspartamo, el
acesulfamo, la sacarina, el ciclamato y la dulcina.
4. Otros. En otros incluimos a los de
origen vegetal pero que su nivel de edulcorante o dulzor es superior a
los mencionados al principio. Serían la taumatina, el esteviósido, la
monelina y la dihidrocalcona.
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